¿Es el Wing Chun efectivo en una pelea callejera?
Esta es una pregunta muy habitual en foros y publicaciones en redes sociales. La verdad es que solo puedo responderla basándome en mi experienciapersonal y poniendo en contexto los entrenamientos que realizamos en Wing Chun Barcelona.
En primer lugar, es necesario definir qué es una “pelea callejera”. Entendemos por “pelea callejera” aquel enfrentamiento cuerpo a cuerpo que tiene lugar en un espacio público y que puede darse entre individuos o grupos de personas. Asimismo, puede incluir armas, no tiene reglas establecidas y, en algunos casos, termina con heridas graves o incluso la muerte.
Debe quedar claro que una pelea callejera es más que una situación de defensa propia en la que puedes evitar el enfrentamiento o retirarte; estamos hablando de que la lucha es inevitable.
Los implicados se encuentran en una posición delicada en la que, bajo mi punto de vista, no debe darse importancia al arte marcial que cada cual practique, sino analizar los recursos con los que cuentan para salir airosos. Después de todo, el arte marcial no será quien pelee; lo hará el luchador.
Si se entrena del modo correcto, el Wing Chun Kung Fu debería inculcar al practicante ciertas habilidades, conocimiento del estilo y de cómo utilizarlo en caso de verse involucrado en una pelea callejera. A continuación, aparecen desglosadas algunas de estas habilidades, así como la relación que pueden tener con ese tipo de enfrentamiento:
Ve “a por todas”
Cuando una pelea callejera empieza, debes sentir y juzgar las intenciones de tu oponente. Si, tras un análisis rápido de la situación, decides que no puedes salir de ella por medios pasivos (defensa propia), no te quedará más remedio que luchar.
En ese momento, el primer obstáculo que deberás sortear será controlar el “secuestro de la amígdala”. Se trata de un proceso según el cual, al percibir una amenaza, las dos amígdalas situadas a cada lado del cerebro segregan hormonas de estrés para responder al instinto innato de supervivencia con la reacción de lucha o huida.
Ante esta situación, la respiración se vuelve más superficial y rápida en un intento por aumentar la cantidad de oxígeno inhalado; además, se desarrolla visión en túnel y se pierde la capacidad de tomar decisiones.
Para contrarrestar todas estas reacciones naturales, necesitas estar presente y centrado. No puedes permitir que tu mente se disperse, sino que debes intentar concentrarte en respirar profundamente desde el Dan Tian para mantener la calma. Es interesante mencionar que todas estas cualidades están presentes en la primera forma del Wing Chun, Siu Nim Tao.
Para llegar a ese punto, necesitar trabajar un tipo de agresión controlada, así como la confianza en tu habilidad y una actitud algo distante. En la pelea, tu objetivo no es otro que acabar con tu oponente lo antes posible, evitando a toda costa llegar a un punto muerto en el que esa persona imponga sus reglas.
A no ser que empieces a presionar, pronto te encontrarás a su merced. En Wing Chun utilizamos la expresión “como un cuchillo” para explicar este tipo de situaciones. Si te comprometes a utilizar un cuchillo en una pelea, no lo sacas y te pones a bailar con él. Buscas atacar, provocar que tu adversario se mueva y contraatacar, o devolver un ataque previo.
La idea es intentar finalizar la pelea lo antes posible. Pues cuanto más se alargue, más peligrosa se vuelve. Sobre todo porque a más duración, más cansancio y mayores posibilidades de cometer errores que, sin duda, tu adversario sabrá aprovechar.
Sé consciente de la distancia
Todos hemos visto vídeos en YouTube en los que un practicante de Wing Chun se enfrenta a adversarios que dominan otras disciplinas encadenando golpes a dos metros de distancia. Esto es un claro signo de falta de conciencia de la distancia: Si un alumno cree que podrá lidiar con su oponente como si estuviese en una de las películas de Ip Man, sin duda se sorprenderá al ver que la realidad es otra muy diferente.
En una pelea callejera, la distancia, los puntos de contacto y el feedback cambian constantemente y es necesario que te sientas cómodo en cualquier rango, tanto si no estás en contacto con tu adversario como si os tocáis uno o ambos brazos, el torso o las piernas. El Wing Chun tiende a ser más efectivo en las distancias cortas, pues es donde puedes dejar sin espacio a tu rival y evitar así que mantenga su estructura.
Sin embargo, los que se centran demasiado en el Chi Sau pueden no saber reaccionar en una confrontación real, pues a menudo carecen de las habilidades necesarias para abrirse o sentir una línea de ataque dirigida hacia ellos. Por tanto, debes practicar en todos los rangos y distancias para no tener uno favorito y poder fluir libremente entre ellos.
Nunca olvides que lo único que debes evitar es el suelo. Bajo ningún concepto debes terminar en un suelo de cemento con la posibilidad de que se te echen encima. Para que esto no suceda, es imprescindible conocer en profundidad las técnicas antiagarres.
Ataca con fuerza
A menos que un practicante de Wing Chun entienda bien la estructura y cómo maximizar su transmisión de fuerza y peso corporal al atacar, puede extrañarse de que su mejor técnica no baste para derrotar a su agresor. Wong Shun Leung aconsejaba practicar puñetazos en el saco de pared cada día, como hacen los boxeadores, quienes intentan mejorar constantemente su transmisión de fuerza.
En una situación en la que no sea posible golpear, necesitarás utilizar tu cuerpo para tener ventaja; además, deberás esforzarte en debilitar la estructura de tu oponente, evitando que produzca potencia. Cuando desmontamos una pelea y llegamos a su núcleo, nos damos cuenta de que es un intercambio de impulsos en el que cada uno de esos impulsos es el resultado de multiplicar la masa del cuerpo implicado por su velocidad.
Acostúmbrate a recibir golpes
No voy a andarme por las ramas: En una pelea real, te van a golpear… Y te va a doler. No eres Bruce Lee en una película de Kung Fu de los años 70, y no vas a derrotar a 20 adversarios sin un rasguño, así que lo mejor es que te vayas acostumbrando a recibir golpes y a seguir adelante.
Si nunca te han golpeado, o si solo lo ha hecho un compañero de clase que, quizá, no haya puesto más del 40% en su intención, la sensación de recibir un golpe real puede desarmarte. He visto muchas peleas en YouTube entre personas que practican diferentes estilos de lucha. El problema es que nunca han participado en una pelea de verdad, personas que se rinden ante el primer signo de agresión real.
¿Cómo puedes acostumbrarte a esa sensación? Lo mejor para desarrollar esta habilidad es entrenar regularmente con un compañero que tenga más nivel que tú, alguien que pueda presionarte y sacarte de tu zona de confort en un entorno controlado. A medida que te vayas sintiendo cómodo trabajando a una mayor intensidad, tus niveles de confianza y de ejecución de la técnica no dejarán de mejorar. Asimismo, aprenderás a acostumbrarte al incremento de adrenalina y a utilizarlo en tu favor para potenciar tu técnica, en lugar de permitirle actuar en tu contra y que te deje inmóvil cuando surja un peligro.
Pon a prueba tus habilidades frente a otros estilos
En ocasiones, los alumnos caen en la trampa de centrarse demasiado en la disciplina que practican en su escuela de artes marciales y terminan por creerse superiores a los demás. Cada estilo de arte marcial o lucha tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, y ninguno es “el mejor de todos”.
Por eso, cuando un estudiante adquiere cierto nivel, es muy recomendable que ponga a prueba sus habilidades ante alumnos de otras disciplinas. No me refiero a retar a combates. Es más un intercambio amistoso y relajado en el que puedas acostumbrarse a salir de tu zona de confort. Es que lo que creemos que hacen en otros estilos de lucha y lo que en realidad hacen no tiene nada que ver.
Consigue una técnica de alto nivel
Para que tus mejores técnicas afloren bajo presión, es necesario que hayas entrenado e interiorizado las técnicas básicas. Al entrenar, deberás poner mucha atención en perfeccionar cada movimiento ya que, si practicas una técnica y la realizas a un nivel de, digamos el 70%, debes tener en cuenta que bajo presión en una pelea callejera o en una situación de defensa propia, este porcentaje desciende a aproximadamente el 40%.
Sin duda, la repetición es la clave. Malcolm Gladwell lo explicó en su regla de las 10000 horas según la cual, si practicas una habilidad durante este tiempo, lograrás dominarla. Al practicar y repetir las técnicas de forma constante, estas se vuelven parte de ti, tus movimientos se transforman en actos reflejos y no hace falta que pienses lo que haces o tienes que hacer, sino que surge solo.
No olvides practicar tus técnicas de forma armoniosa con un compañero para que ambos os beneficiéis. Caer en la trampa de competir con este compañero, o añadir una agresividad o energía innecesarias durante el entreno, son factores que frenarán tu progreso. Debes conocer y entender la diferencia entre practicar y poner a prueba tus habilidades, a fin de que tu cuerpo y tu mente se centren en adquirir los conocimientos necesarios y no se distraigan en pequeñeces como intentar averiguar quién es el mejor.
Saber cuál es el momento justo para atacar es fundamental, y eso se consigue con un alto nivel de sensibilidad tanto con contacto como sin él: El contacto te sirve para sentir el ataque de tu adversario. La ausencia de contacto hace que debas sentir la línea de ataque y reacciones en consecuencia. El Sifu Wong Shun Leung solía afirmar que cada rival te mostrará cómo golpearle, de modo que si tienes un elevado nivel de sensibilidad, te será más fácil leer a tu oponente y ver con claridad cuándo atacar. Recuerda sentir también el espacio que te rodea. ¿Hay otro peligro que debas tener en cuenta? ¿O, tal vez, algo que puedas utilizar a tu favor?
En resumen
En una pelea, necesitas unas buenas habilidades para atacar, defender y contraatacar, sin olvidar el valor y la técnica. Cada uno de estos aspectos es igual de importante, y la más mínima debilidad saldrá a la luz bajo presión. Debes estar bien preparado para cualquier línea de ataque que se dirija hacia ti, así como conocer la manera de hacerle frente siguiendo tu intuición e impresiones.
A la hora de la verdad, solo podemos dar lo mejor de nosotros y, si no hemos dado el 100% en nuestros entrenamientos, o no hemos dedicado horas y más horas a nuestra arte marcial, poniéndola a prueba cada vez que haya sido posible, no podemos esperar mucho de ella. Como dice el refrán, “Recoges lo que siembras”. Ni más ni menos. Si nos enfrentamos a alguien que ha entrenado más que nosotros, no podemos confiar en ganarle. Puede que la suerte nos acompañe en alguna ocasión, pero no debemos depender de ella, sino de nuestras habilidades.
Cuando te enfrentas a alguien, eres el único que luchas; no lo hace tu estilo, ni tu famoso maestro. Estás solo ante el peligro. Dependes de ti y de nadie más. Entrenar duro y de la forma adecuada, conocer en profundidad tu arte y tener en cuenta los factores que he mencionado te darán la oportunidad de plantar cara.
En conclusión, no olvides…
- Practicar tus habilidades en situaciones de estrés o presión
- Acostumbrarte a luchar a diferentes distancias, sin limitarte al Chi Sau
- Ponerte a prueba ante otros estilos
- Ser consciente de lo que te rodea
- Practicar tus técnicas centrándote en mejorar tus habilidades
- Trabajar en la producción y transmisión de fuerza
- Trabajar el ataque, la defensa y el contraataque
Una vez dicho esto, ¿por qué no te pones en contacto con nosotros y pruebas una clase gratuita en Barcelona Wing Chun? Contacto